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Cómo decirle a un niño o a un adolescente que irá al psicólogo

Mi hijo no quiere ir al psicólogo

Algunas veces los padres acuden al psicólogo preguntando cómo pueden hacer para que su hijo/a quiera ir a terapia. En estas situaciones, normalmente, los padres ya han quemado todos los cartuchos para intentar mejorar la situación en la que se encuentran y debido a la preocupación que sienten (ya que ven que su hijo está pasando por una situación difícil) y al agotamiento que supone esforzarse para mejorar una situación sin ver resultados es posible que se transmitan cosas a sus hijos sobre la terapia que no ayudan a la misma.

Esto, sumado a que los padres y los propios niños pueden sentirse avergonzados, indefensos o asustados por la situación que están pasando y al estigma, por desgracia, que sigue teniendo ir al psicólogo, dificulta muchísimo la buena relación con el psicólogo infantil o juvenil, si es que alguna vez la llega a haber.

No me malinterpretéis, los padres no transmiten estas ideas, conceptos, pensamientos de forma voluntaria, es más bien una forma de expresarse poco eficaz para convencer a los hijos de ir al psicólogo.

Para un adulto acudir a terapia es difícil, imaginaos para un adolescente o un niño.

Pongamos algunos ejemplos de frases que se deberían evitar decir, o decir de otro modo. Al fin y al cabo, estamos vendiendo. Estamos vendiendo el concepto de ir al psicólogo y para cualquier venta es mejor persuadir que manipular u ordenar:

  • Necesitas ayuda
  • Necesitas ir al psicólogo para que te ayude o
  • Nosotros no te podemos ayudar
  • No puedo mas contigo
  • Eres demasiado difícil de tratar
  • Ya no se que hacer contigo, lo he intentado todo y sigues igual

Bueno, supongo que veis por dónde van los tiros.

Con este tipo de afirmaciones le estamos diciendo al niño que está mal. Que tiene un problema, que está “roto” y hay que “arreglarlo”. Cuando en realidad no hay que arreglar nada, hay que superar una situación determinada para la cual se darán unas herramientas tanto al hijo como, posiblemente, a los padres para que sea más sencillo y más rápido.

De este modo, no culpabilizamos al niño por “estar mal”, ni se enfoca la terapia como un “castigo” por no “estar bien”.

Lo mismo pasa con ir al médico o al dentista. De hecho, con el dentista pasa algo curioso y es que la frase normalmente es: “vamos al dentista porque comes demasiadas chucherías y te van (te han) salido caries”. Con la esperanza de asustarle y deje de comer chucherías. Pero en realidad le estamos culpando de comer algo que le hemos comprado nosotros para que se lo coma.

Entonces, ¿cómo le podemos decir a nuestro hijo que nos gustaría que fuera al psicólogo?

Bien, para hacerlo un poco más sencillo dividiré esta parte por edades. Ya que no es lo mismo hablar con un niño de 6 años que con un adolescente de 17 años.

¿Cómo decir a un niño de 6 años o menos que irá al psicólogo?

Se le puede decir el día antes o el mismo día. Preferiblemente el día antes. De este modo se prepara para la situación nueva, pero sin tener mucho tiempo para pensar en ello y agobiarse.

De forma calmada se le explica el motivo por el cual queremos que visite al psicólogo infantil. Por ejemplo, le podemos decir que “estamos preocupados por (el motivo que sea) y hemos contactado con Jordi (o el nombre de pila del psicólogo/a en cuestión, para hacerlo más cercano)”. A partir de aquí podemos añadir que esta persona es un psicólogo y explicarle qué es un psicólogo, utilizando un lenguaje que pueda entender.

Un psicólogo es una persona que nos puede ayudar cuando estamos tristes o muy enfadados, cuando tenemos problemas en el colegio, incluso cuando los papás también estamos tristes, enfadados o gritamos.

Otra cosa que podéis hacer para complementar todo esto, es enseñarle la web del psicólogo si tiene, algunas fotos… de este modo se preparará mejor.

También podéis decirle lo que se hará en consulta, con un discurso similar a este:

            Mañana iremos al psicólogo a jugar (ya que la relación entre psicólogo y niño se forja mucho mejor desde el juego y la diversión), queremos que te diviertas. Allí habrá una persona que te quiere conocer, quiere saber a qué juegas, qué amigos tienes, qué es lo que te gusta, lo que no te gusta… y nos ayudará a tener menos discusiones en casa (por ejemplo).

¿Cómo decirle a un niño entre 6 y 12 años que irá al psicólogo?

En esta etapa los niños ya entienden mucho mejor la situación. Por eso es importante que no se sientan engañados o manipulados. ¿Cómo se consigue esto? Diciéndoles la verdad.

Antes de los 6 años podíamos no explicarles la situación concreta que nos movía para llevarlo al psicólogo, pero ahora esto puede que ya no funcione. Es más, puede que, si damos la información el mismo día o el día antes, no tengan tiempo de anticiparse y prepararse por lo que hay más posibilidades de rechazo a la propuesta. Es decir, que hay que decírselo con más días de antelación.

De modo que lo mejor es explicarle que debido a que “la situación que sea” se siente triste, va mal en el colegio, se enfada o se frustra mucho y, esto es muy importante, no lo sabemos gestionar como padres, vamos a ver al psicólogo para que nos guíe.

¿Por qué es tan importante? Porque de esta forma aliviamos la culpa del niño y no se ve la terapia como un castigo por su mal comportamiento, sus malas notas o la problemática que se este viviendo.

Al decirle que somos los padres los que no sabemos gestionar, a parte de aliviar la culpa del niño, también da sentido a que algunas sesiones sean a solas con los padres o todos juntos y se nos ve mucho más involucrados en el proceso terapéutico.

Ese es precisamente uno de los papeles más importantes de los padres en estas situaciones, el de acompañar y implicarse en la terapia. No quiero tampoco que ahora seáis los padres los que os sentíais culpables. Ni mucho menos. Aquí no hay ningún culpable, son situaciones difíciles que se nos presentan y hacemos lo que sabemos y lo que podemos.

Del mismo modo no hay ningún culpable en que mañana llueva.

¿Cómo decirle a un “niño” mayor de 12 años que irá al psicólogo?

Sí, ahora niño está entrecomillado. Bendita adolescencia. Qué bonita es la edad del pavo.

Está dejando de ser un niño para empezar a ser un adulto y les gusta que les traten como lo que son. Adolescentes. A veces pecamos de tratarlos como un niño (o como a un adulto) y interpretan que estamos siendo condescendientes o que les estamos pidiendo demasiado. Hay una línea muy fina que separa estas dos interpretaciones.

Entonces, ¿cómo lo hacemos?

Bien, podemos empezar igual que antes, desde la calma contarle que estamos preocupados y qué es lo que nos preocupa. Podemos decírselo a una semana vista o incluso dos. Le explicaremos que el psicólogo puede ayudarle a estar mas tranquilo por las notas o en los exámenes, a estar menos tristes, a estar más motivados… Lo que creáis que le pueda servir.

También en esta etapa, es muy importante recalcar que lo que hable en consulta es totalmente confidencial (sí, eso quiere decir que vosotros, papás, no sabréis nada de lo que se hable en consulta, siempre y cuando no implique daño a uno mismo o a terceros) y no se puede explicar nada a nadie sin su permiso.

No penséis que esto es por desconfianza hacia vosotros, es una etapa evolutiva normal. Es edad de ir separándose poco a poco de los padres, ser más independiente, autónomo y tener más intimidad. Se están preparando para el mundo exterior. Quieren saber cuáles son sus límites, qué recursos tienen, qué se les da bien y qué no, y para ello necesitan distanciarse.

Hacerles partícipes de la decisión es importante. Los adolescentes adoran decidir y que se les tenga en consideración y, por supuesto, que esa decisión se respete. Por eso, una buena forma de hacerlo es dejando que escojan ellos a qué psicólogo ir.

Como antes, convendría no presentar como un castigo al problema, sino que hay que presentar la situación problemática desde la positividad. Por ejemplo que, aunque sepamos qué es lo que nos hace estar triste es posible que no encontremos la solución y el psicólogo nos puede guiar a encontrarla. Del mismo modo que cuando nos encontramos con fiebre y sabemos que tenemos fiebre, vamos al médico.

Aspectos generales a tener en cuenta

Al fin y al cabo, en cualquier edad hay que presentar la situación desde la calma, la sinceridad y la comprensión. A menudo se relaciona el ir al psicólogo con estar loco (palabra que repudiamos la inmensa mayoría de profesionales de la salud mental), por lo que se pueden presentar emociones de miedo, rechazo o incluso de ofensa.

Por eso es importante hablar con naturalidad sobre el tema en lugar de hacerlo en tensión y con nervios. En un espacio sin interrupciones ni distracciones para poder mantener una conversación es lo ideal.

Espero que os sea útil y podáis afrontar esta conversación con vuestros hijos sin discusiones ni rechazo.

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2 comentarios en “Cómo decirle a un niño o a un adolescente que irá al psicólogo”

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